Inicio, con este, una serie de posts de protesta sobre cosas mundanas y, a la vez, inmundas.
Resulta que "tengo un amigo" que salió una vez con una chica, que, a una avanzada edad, aún "no conocía Barón".
"Mi amigo" luchaba contra sus principios, y contra la indisposición de la señorita en cuestión.
La excusa de ella era que él le daba demasiada importancia. La de él era que, si a su edad, ella aún no lo había probado, algo malo pasaba por esa cabecita, y tenía la teoría de que, en realidad, era ella quien le daba demasiada importancia, casi mística.
El tiempo pasó y, finalmente la barrera se derribó, y, como suele pasar cuando preparas un evento a conciencia, el momento de ejecución fue un desastre, una auténtica pérdida de tiempo sin sentido.
El "¡Qué rabia da!" de esta historia es que esa relación se fue donde era de esperar y, meses después, ella inició otra con otro chico. Cabe esperar que fuera un chico comprensivo o castrado, pero, sin embargo, esa nueva relación se basaba solamente en sexo.
Se podría decir que su sagrado agujero pasó a ser el del culo.
¿No da rabia pensar que una persona pueda temer toda la vida al diablo, y acabe en el infierno?
¿No da rabia pensar que mi amigo la iniciara a una vida de placer, y luego se aprovechase otro?
¿No da rabia pensar que, hasta mi amigo, ningún tío fuera capaz de poner los puntos sobre las íes?
En fin, si seguimos esa regla de tres, y teniendo en cuenta que odiaba mi afición por el porno...quizás debería llamarle y ofrecerle un papel en mi peli...
...¡No!, me niego a hacer de San José en mi propia peli.
Por cierto, ¿en qué momento he dejado de hablar de "mi amigo"?
lunes, julio 02, 2007
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