La naturaleza es sabia, el ser humano, gilipollas.
Resulta que, una vez acostumbrado el cuerpo, vencido el agotamiento, derrotado a las resacas y optimizado al máximo la ingesta de alcohol, cuando uno consigue el carnet de bebedor profesional...Aún queda un precio que pagar.
A pesar de lo que digan los asiduos a bares, el alcohol de curar y el de los espirituosos no actúan igual.
Mientras el primero defiende de agresiones externas, virus y demás, el otro te mata las defensas a ritmo de holocausto.
Te quedas como Travolta en una burbuja.
Te levantas, sin aviso previo, con una congestión de pelotas, y, en un momento de silencio, te concentras en el sonido ambiente...Toses, carrasperas, chanclas que se arrastran, lamentos...todo el mundo de repente, está hecho mierda, como si acabara de caer una bomba.
Y no se trataba de un contagio, aquello no era una reacción en cadena, sino que, de repente, todos a la vez estábamos jodidos.
Yo soy un niño bien educado, y recordé las soluciones de mi madre, las de toda la vida...
-Agua de limón, que tiene mucha vitamina C
-Vapores de menta, para despejar la nariz y la garganta
...hielo picado, gaseosa y Ron
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Borrachera 4, Sin defensas
1/2 botella de ron
1 l de cerveza
X botellines
Sintrom
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